Adecuación cultural

Las características de la vivienda deben responder a la identidad y diversidad cultural de las personas que la habitan, tomando en cuenta su entorno y desarrollo tecnológico y que responda a sus expectativas. En ese sentido presentamos un breve contexto de “La arquitectura boliviana de la Revolución Democrática y Cultural” (2020), investigación que se aproxima a denotar las particularidades de la arquitectura boliviana en relación a las expresiones identitarias culturales predominantes.
Esta investigación caracteriza la arquitectura producida por el Estado boliviano durante el periodo 2006 a 2019 conocido como el “Proceso de Cambio” o la “Revolución Democrática y Cultural”,  desarrollado por Micaela Ugarte y Juan Cabrera del Centro de Investigaciones de Arquitectura y Urbanismo, entidad miembro de Renaseh.
La “Revolución democrática y cultural” (RDC), habría devenido en una forma no violenta, pacífica pero igual de transformadora según sus promotores. Los cambios institucionales han sido relevantes, el escenario económico ha sido muy favorable a las iniciativas del gobierno, sin embargo, las ciudades no habrían sufrido grandes transformaciones. El Estado no desarrolló instrumentos efectivos de diseño urbano y desarrollo arquitectónico. Más bien dejó al 70 % de la población boliviana sin ningún instrumento de planificación urbanística permitiendo que el mercado defina las condiciones de las ciudades. El Estado no creo ninguna medida para cuidar la madre tierra en las ciudades o sus bordes, hecho que supuso un nivel alto de expansión urbana legal e ilegal, un nivel de informalidad no visto anteriormente (63 % del PIB) y un mercado principalmente informal con la capacidad para definir casi todas las condiciones urbanas (J. Cabrera, C. Quintanilla, L. Cabrera, 2020). 
A priori la arquitectura de la RDC parece caracterizarse por una mezcla sintética de códigos zoomorfos, fitomorfos de culturas prehispánicas andino-amazónicos, que pretenden marcar la diferencia. Resultado de ello son los Cholets, que son edificaciones  multifuncionales, con diseños asimétricos y coloridos.
La arquitectura estatal de la revolución democrática y cultural parece recuperar y combinar códigos y lenguaje de la escuela moderna, igual que pretende la recuperación, reconocimiento y utilización de códigos y prácticas indígenas para la producción de una arquitectura nueva, una suerte de lógica trivalente que produce una arquitectura “mestiza”.
Las peculiaridades de esta nueva arquitectura son: 
Multifuncionalidad: permite conjugar lo interior y lo exterior de los hechos arquitectónicos, permitiendo crear espacios colectivos y complementarios. Está ligada al desarrollo de lo “informal”, de lo caótico en una calle, de un espacio amplio, de lo público o privado que se relaciona con actividades económicas o de habitación de la manera más práctica posible. En otras palabras, permite transforma el espacio en el tiempo y según las necesidades.
Simbolismo: Se refiere a los cambios de que pueden tener las edificaciones a través del uso de unos u otros símbolos.
Los hechos arquitectónicos estudiados se caracterizan por incluir murallas, elementos de escala colosal, amplios elementos horizontales, entre otros. En los casos los símbolos que incluyen son utilizados para mostrar el poder, la pertenencia a un grupo, a un todo y a un lugar. En cuanto lo simbólico, presentan elementos pictóricos de carácter abstracto que pone en valor la comunidad y la expone a través del uso de iconografía de culturas y pueblos originarios.
Tecnología: Los procesos constructivos de la arquitectura de la RDC, incluso de los hechos más importantes son de carácter tradicional, igual que los materiales utilizados, sus estilos, colores y texturas. Los procesos constructivos nada han recuperado las técnicas vernáculas y aunque se logran símbolos y elementos relacionados con lo indígena o prehispánico, éstos son logrados también a través de métodos occidentales. 
La RDC, cuyo proceso político pasó de una etapa de apoyo total a una situación de inestabilidad, a producido una arquitectura estéticamente compuesta de códigos y rasgos andinos desarrollada en un escenario de urbanización de libre mercado que ha generado edificaciones producidas más por intereses del mercado que del Estado, configurando urbes altamente informales y cuyas condiciones socio económicas han permitido también la insurgencia de una diversidad de expresiones como los “Cholets” y otras iniciativas particulares, privadas y mercantiles de población que bien aprovechó el contexto de altas libertades económicas, principalmente relacionadas con el mercado de suelo e inmuebles. No obstante, resalta en esta arquitectura la multifuncionalidad y el uso de símbolos (simbología), que podrían ser las características más importantes. En otras palabras, la arquitectura de la RDC no contempla una corriente única o una escuela arquitectónica alrededor,
sino apunta a que habrían sido actores relacionados con empresas de arquitectura y construcción quienes sin una línea principal o principios de diseño específicos, fueron los cuales -en la medida de sus posibilidades y comprensiónmaterializaron la multifuncionalidad y el uso de símbolos del discurso estatal, pero muy poco o nada los principios revolucionarios del “Vivir Bien”. Esto se hace evidente al revisar la contradicción entre premisas del paradigma indicado como la reciprocidad con la naturaleza o la recuperación de prácticas ancestrales, la plurinacionalidad y otros, con los métodos, procesos constructivos, tipos de hechos y el diseño de las edificaciones.